La pérdida de agua se produce por la acumulación de calor durante un esfuerzo físico prolongado. El cuerpo suda y pierde electrolitos y agua. Incluso una pérdida de agua del 2% al 4% del peso corporal perjudica el rendimiento de la resistencia (Engels, 2000).
En caso de pérdida de agua pueden observarse los siguientes síntomas (según Zintl, 1997):
Entre el 2 y el 5%:
- Sensación de sed
- pulso alto
- Pérdida de apetito
- Fatiga
- Calambres musculares
- Sensación de debilidad
- Agresividad
Desde el 6%:
- Náuseas
- Mareos
- Dolor de cabeza
- Calambres
- visión borrosa
- Trastornos de la coordinación
- falta de salivación
- Insuficiencia circulatoria
- trastornos mentales
La pérdida de agua y la deshidratación deben evitarse a toda costa debido a los síntomas descritos. Por lo tanto, es importante un aumento suficiente de las bebidas, especialmente durante los entrenamientos y las competiciones en climas cálidos y con una mayor pérdida de sudor. Se recomiendan especialmente las bebidas hipotónicas e isotónicas para asegurar la ingesta de líquidos y el suministro de suficientes electrolitos.